La travesía de CD UACh femenino que marcó la historia en Quito
Desde el sur austral del mundo, donde muchas veces el deporte femenino tuvo que avanzar a paso lento, el Club Deportivo Universidad Austral de Chile alcanzó un hito que parecía impensado: representar a Valdivia y al país en un torneo de categoría internacional. Una historia que partió con una derrota en una dolorosa final ante Boston College se transformó en una experiencia exitosa. Lo que comenzó décadas atrás como un sueño de la escuela de básquetbol para la familia Bilbao, encontró en el año 2014 su momento de mayor trascendencia y llevó al básquetbol universitario valdiviano a competir de igual a igual con las potencias del continente.
El equipo se reunió; no era solo un viaje, era la confirmación de tantos años de sacrificio pues cada avance para el club de la Austral ha sido una travesía cuesta arriba. Entrenar en gimnasios en horarios específicos, viajar horas por la carretera y competir con presupuestos mínimos formaba parte de la rutina. Acostumbradas a remar contra la adversidad, cuando se abrió la posibilidad de competir fuera del país no lo vivieron como un torneo más, sino como la oportunidad para demostrar que desde el extremo sur también existen sueños, desafíos y luchas por vencer.
Del filo de la derrota al vuelo sudamericano
En 2013, las dirigidas por la profesora Andrea Bilbao disputaban la gran final de la Liga Nacional Femenina (LNF) frente a Boston College en Valdivia. Fue una serie al mejor de cinco partidos que culminó en una verdadera batalla campal bajo la lluvia sureña en la Región de Los Ríos. Pese al esfuerzo y el factor de la localía, cayeron 69-98 ante el cuadro de Maipú, siendo Boston el flamante campeón en un parcial de 3-0, cerrando lo que parecía ser otra temporada para la historia de la escuadra valdiviana.
La derrota en la instancia final obligaba a empezar de nuevo, reorganizarse, dar vuelta la página y proyectar una nueva temporada en la LNF con la mirada puesta en competir dentro de los márgenes habituales. Las jugadoras convencidas que el próximo año habría que enfocarse en el plano local, no se imaginaban que el básquetbol estaba a punto de darles la sorpresa más grande de sus vidas.
Mientras el equipo se preparaba para iniciar otro año de reconstrucción, una noticia inesperada cambió el rumbo del elenco valdiviano: la UACh había sido invitada a representar a Chile en la Liga Sudamericana de Clubes. Lo que parecía el final de una historia, terminó siendo el inicio de otra que se escribiría fuera de las fronteras nacionales.
El ex campeón, Boston College desistió de participar en la Liga de Las Américas 2014 y la UACh fue llamada a tomar ese cupo. De un día para otro, el conjunto de Valdivia pasó de ser un club universitario del sur del país, a convertirse casi de golpe en la cara visible del básquetbol femenino chileno a nivel internacional. “Boston College no quiso ir al sudamericano y la federación de básquetbol chilena nos ofreció el puesto a nosotros”, señaló el entrenador Edgardo Bilbao.
Lo que había comenzado con un sabor amargo tras la derrota en la final se transformó en una invitación al mundo. “Fue emocionante cuando nos dijeron que íbamos a ir a un campeonato en el extranjero”, relata la jugadora de la escuela de básquetbol Nicoll Ojeda la ilusión que marcó ese momento único e irrepetible.
“Ellas fueron porque querían ir, no había un pago de por medio, fue un trabajo bastante bonito. Hicimos un muy buen grupo”
Un plantel para la historia
La escuadra valdiviana iba con una sola misión, apostar al crecimiento íntegro del club y proyectar jóvenes jugadoras en escenarios internacionales. La DT Andrea Bilbao reunió a su equipo más cuatro refuerzos de otros clubes de la Liga Nacional: Melisa Cejas, Ziomara Morrison, Francisca Rojas y la española Lidia Mirchandani. Estas dos últimas jugadoras pertenecían a Boston College, transformándose de rivales en aliadas para el desafío continental de la UACh. “Todas esas eran jugadoras de otros equipos que la liga amablemente nos pasó”, explicó la entrenadora Bilbao.
El técnico Edgardo Bilbao aclaró que la organización del torneo solo costeaba 8 pasajes y la estadía de los días de competición. El plantel de la Universidad Austral, tuvo que buscar apoyo en la casa de estudios, en que el vicerrector de la época Óscar Galindo, logró colaborar para que el equipo pueda reunir los fondos necesarios y viajar al extranjero siendo la primera participación internacional de la universidad en básquetbol femenino. “La Universidad aportó todo, el Dr. Galindo nos apoyó mucho”, recordó el profesor.
A la delegación se sumó Irán Arcos, expresidente de la Federación de Básquetbol de Chile quien apoyó al cuerpo técnico en esta experiencia fundamental.
Lanzamiento desde la línea del ecuador
El vuelo a Quito fue una verdadera prueba de resistencia deportiva para la UACh. El plantel, conformado por jugadoras locales que llevaban el nombre de Valdivia y su gente en la camiseta se encontró frente a equipos de mayor experiencia, presupuesto y extenso calibre internacional. Enfrentarse a exponentes del continente como Ecuador, Uruguay, Bolivia, Colombia, Perú, Argentina y Brasil significó aprender de las distintas tácticas de los rivales sudamericanos en 4 días de alta competición.
“Íbamos a otro país en condiciones que no eran iguales a las de nosotras, no conocíamos a los otros equipos”, confesó Ojeda, reflejando la incertidumbre que acompañaba al plantel en la antesala del debut. El campeonato de 8 equipos comenzó el 25 de mayo del 2014 con la Universidad Austral de Chile en el grupo B llena de ilusión, nervios y la convicción de que lo único que importaba era dejar en alto el nombre de la institución pero por sobre todo del país.
Las jóvenes valdivianas, vivieron una verdadera batalla deportiva ante las anfitrionas de la Universidad Tecnológica Equinoccial de Quito (UTE). En aquel escenario, una abultada diferencia de 114 a 71 puntos marcó la primera derrota internacional para una Universidad Austral que todavía era inexperta en este tipo de competencias. El segundo duelo no ofreció tregua: Deportivo Berazategui de Argentina les propinó un nuevo revés a la UACh por 95 a 59.
“Seguramente el haber sido un equipo muy joven contra algunos rivales de gran experiencia fue una tarea ardua de superar”
La revancha llegó en el tercer partido de la fase de grupos para las “Pingüinas” que enfrentaron a Real Club de Lima (RCL). Aquel logro, con intensidad y carácter, se transformó en un triunfo histórico por 85 a 71 que les permitió quedarse con el tercer lugar de su grupo. Fue una victoria con un sabor especial, debido a que no es fácil triunfar lejos de casa y menos en territorio extranjero. El cuadro de la UACh no había solo aceptado viajar, sino también a competir de igual a igual con los mejores equipos de Sudamérica.
Con esa inyección anímica la Universidad Austral de Chile superó a la Universidad Católica Boliviana San Pablo (UCB) en un duelo que terminó con el cuadro chileno imponiéndose por 86 a 78. Por primera vez en toda la historia del básquetbol nacional, un equipo universitario del sur del país se metía en la disputa por el quinto puesto de un torneo internacional. Más que un sueño, comenzaba a crecer una posibilidad real que hasta entonces parecía lejana en el certamen internacional.
El cierre fue ante Club Malvín de Uruguay (CMU) con la oportunidad de obtener un hito histórico. Fue un duelo de garra y resistencia, jugado con el corazón apretado en la mano, pero que terminó inclinándose a favor de las charrúas por un ajustado 90 a 83. Aunque la UACh cerró el campeonato en el sexto lugar, el verdadero triunfo estaba en haber competido al más alto nivel continental.
Con su testimonio, Irán Arcos reconoció el esfuerzo que significó para la UACh salir de su condición universitaria y amateur. El conjunto valdiviano debió instalarse en la mesa de los grandes del básquetbol sudamericano.
Andrea Bilbao lo resumió como una experiencia muy enriquecedora y de aprendizaje: “Te das cuenta del verdadero nivel internacional y a lo que deben aspirar tus jugadoras para competir”. Una visión que también compartió la italoargentina Florencia Palacios, con una reflexión crítica:
“Hay un contraste significativo entre Europa y el básquetbol general en Sudamérica. Lamentablemente ser jugadora profesional tanto en Chile como en otros países es muy sacrificado, respecto a Europa donde las jugadoras pueden trabajar del deporte”
Más que un sexto lugar
La campaña de Quito no fue un episodio aislado, sino un punto de partida para la escuela de básquetbol de la UACh. La nómina que escribió esa página estaba integrada por Lidia Mirchandani, Melisa Cejas, Carla Barrientos, Nicoll Ojeda, Ziomara Morrison, Francisca Rojas, Fernanda Rivera, Catalina Muñoz, Priscila Aguilar, Valeria Gutiérrez, Constanza Antero y Florencia Palacios. Un grupo diverso de jugadoras que con esfuerzo y dedicación lograron que Valdivia se hiciera notar en el mapa del básquetbol sudamericano.
Para Nicoll, el impacto fue personal y colectivo. Su voz revive la emoción de aquellas jornadas. “Fue a nivel personal una experiencia muy grata y satisfactoria, no solo a nivel deportivo sino también a nivel humano”. Tras recordar esos días, Palacios destaca que ese aprendizaje quedó instalado no solo en ella, sino también en las jugadoras valdivianas que vivieron la aventura internacional.
Lejos de quedarse con aquella histórica participación en Quito, la escuela de básquetbol continuó ampliando sus horizontes. Desde entonces, el equipo ha competido en diversos torneos nacionales e internacionales cruzando incluso la cordillera para participar en campeonatos como Cuna de Campeones en Argentina. Una década después, la huella de aquel 2014 sigue viva en cada jugadora que viste los colores del club: la certeza de que desde Valdivia también se puede mirar al continente con orgullo.
Créditos Imágenes: Diario Austral Valdivia

