Gimnasio Teja 1: El escenario que forja identidad en el básquetbol femenino

Desde hace más de cinco décadas, el gimnasio Teja 1 de la Universidad Austral de Chile (UACh) ha sido mucho más que un recinto deportivo: es el espacio en que distintas generaciones de jugadoras han aprendido a competir y construir comunidad. En esa cancha que ha visto transformaciones, ascensos, derrotas pero también celebraciones inolvidables, se concentra parte importante de la memoria deportiva femenina de Valdivia. Allí nació una identidad que hoy trasciende a las jugadoras y conecta a entrenadores, familias y nuevas generaciones que encuentran en el gimnasio su primer vínculo con el básquetbol.

En ese rectángulo de madera han jugado referentes del básquetbol local valdiviano como Natalia Soto, Ana Aburto, Ziomara Morrison, Tatiana Gómez, entre otras figuras. Asimismo, fue ahí en que el equipo universitario celebró el 2024 el ascenso a Primera División, un logro que revitalizó el orgullo institucional y devolvió al club su lugar en la máxima categoría del país. Para las jugadoras, el regreso al nivel más alto tuvo un valor emocional pues muchas habían dado en ese gimnasio sus primeros pasos en el deporte.

Esa energía se trasladó luego al “Masivo Under 11”, un evento en que participan distintos clubes del sur en una jornada de múltiples partidos en un solo recinto. Más que un torneo, para la escuela de básquetbol de la UACh se convirtió en un punto de encuentro que simbolizó el rol formativo del Teja 1 y el deber de transmitir un legado.

El ascenso como punto de partida

Hace dos años, el equipo femenino de básquetbol de la Universidad Austral de Chile jamás imaginó el cierre de temporada que tendría. La Liga Nacional Femenina (LNF) modificó su estructura, pasando de un sistema de cuatro grupos en Primera División a un formato que incorporó una nueva Segunda División. En ese escenario, la UACh integró el grupo D junto a Escuela Alemana de Paillaco, CEB Puerto Montt, Español de Punta Arenas, entre otros. Solo los tres primeros avanzaban a Primera División 2024.

El equipo disputó doce partidos con un registro final de seis triunfos y seis derrotas. La cuarta posición las dejó fuera del ascenso y marcó el primer descenso a Segunda División en la historia del club valdiviano. Sin embargo, lejos de verlo como una abrupta caída, el plantel lo entendió como un punto de reinicio y de motivación para volver con mayor fuerza. Los principales problemas fueron económicos dentro del equipo universitario. La casa de estudios de la universidad, atravesaba un complejo momento financiero que impactó directamente en el apoyo al deporte que por lo demás, pese a ser Segunda División también era competitivo.

La UACh triunfó en sus cuatro partidos que disputó en fase de grupos de Segunda División de forma consecutiva.

Para Consuelo Peters, una de las jugadoras más experimentadas del club, la temporada significó competir con un panorama completamente nuevo con recursos limitados. Su experiencia resume el sentir de un grupo que debió aprender a improvisar para sostenerse en una categoría que exigía mucho más de lo que el presupuesto permitía.

El esfuerzo de Consuelo y sus compañeras para mantenerse de pie en un terreno no explorado como lo fue la Segunda División fue permanente. Así también lo recuerda la entrenadora Andrea Bilbao: “Hicimos un montón de cosas para poder financiarlo: venta de camisetas, rifas, gente que colaboró sin interés, incluso vendimos pullmay”, recordó.

A pesar de las limitaciones, el objetivo era competir de igual a igual. “Si nos toca hacer un equipo para subir al ascenso y después nos toca hacer un mejor equipo, bueno, trabajaremos para eso, pero siempre con los pies en la tierra para poder financiarlo”, agrega Bilbao. El proceso fue liderado por jugadoras como Camila Gallo, Consuelo Peters, Monserrat Videla, Nicoll Ojeda, Karin Rojas, Camila Ovando, Paula Ortiz, entre otras quienes lograron retornar a Primera División con un equipo que combinó estudios y entrenamientos. “Fue un ascenso con mucho trabajo y esfuerzo detrás recalcando igual que somos estudiantes de la UACh”, describió Ortiz.

Paula sacrificó cuerpo y alma en los últimos duelos, siendo escogida la mejor jugadora de la Final Nacional de la zona sur en Segunda División. Su voz de gratitud lo refleja como un recuerdo inolvidable aun cuando reconoce que el proceso ameritaba mayor apoyo por parte de las autoridades regionales.

El elenco valdiviano aseguró nuevamente su puesto en Primera División, al vencer a Municipal Chillán en una serie de 3 partidos.

A su vez, Camila Gallo confiesa que la falta de apoyo no fue excusa para avanzar y devolver a la UACh al lugar que pertenecía.

No es ningún secreto que la universidad ha pasado por un mal momento. Para estar en este nivel se necesitan recursos
— Camila Gallo

Jugadoras y apoderados aportaron para sostener la campaña que terminó convirtiéndose en un capítulo clave dentro del básquetbol femenino universitario reciente.

Masivo U11: las herederas de la historia

Tras el ascenso, la atmósfera que se percibía en el Teja 1 y en los pasillos del gimnasio era distinta. Se respiraba orgullo, entusiasmo y una sensación colectiva de reconstrucción. En ese contexto emergió otro hito del básquetbol formativo: el Masivo Under 11 de FEMISUR, una jornada de partidos consecutivos para niñas menores de once años, disputados de manera simultánea en dos gimnasios. Más que un torneo, el evento significó la reafirmación del gimnasio Teja como un espacio patrimonial y de proyección para las nuevas generaciones.

En 2019, cuando la UACh fue sede por primera vez, el gasto total bordeó los 2.8 millones de pesos en alimentación para más de 300 personas, decoración, colaciones y presentaciones artísticas. “La ornamentación fue con muchos globos, dulces y golosinas que se colgaban del techo como una hamaca gigante”, señaló el presidente de los apoderados de la escuela, Carlos Durán. Ese mismo año se creó además el “partido de las estrellitas”, un homenaje representativo de lo que se hace en el básquetbol norteamericano de la NBA.

Masivo U11 2024 vivido en el Gimnasio Teja 1, Valdivia.

A pesar del alto costo, el espíritu del proyecto nunca desapareció. Con el tiempo el formato de FEMISUR cambió y dividió el masivo en zona norte y sur. Aun así, el gasto continuó alrededor de los 2.5 millones de pesos. “Seguimos gastando cerca de 2.5 millones”, explicó Durán. Carlos además menciona que los clubes aportan 50 mil pesos cada uno, pero que sigue siendo una cifra insuficiente para cubrir los costos totales de la competición.

Para Nancy Hinricksen, parte de la directiva y tesorera de los apoderados de la escuela, el secreto está en la coordinación y el cariño por realizar los eventos para los niños. “La base de toda la organización la llevan Andrea y Carlos, que siempre están en la primera línea bajando la información. Luego nos sumamos los delegados de cada serie, y todo fluye. Es mucho trabajo pero con tanto cariño que siempre vale la pena”.

Nancy junto a sus hijas Agustina y Josefa llegaron a la escuela el 2021. Lo que empezó como una prueba terminó convirtiéndose en una pasión familiar. “Ver cómo las niñas disfrutaban, el entusiasmo del grupo, y conocer al profe Edgardo Bilbao fue clave. Me enganché de lleno pasé de ser mamá delegada a formar parte de la directiva. Hoy todo lo que hacemos es por ellas”. La entrega que existe de los apoderados se refleja en las semanas de preparación, turnos que terminan de madrugada pero con la motivación siempre de mejorar.

Queremos que cada ´masivo´ sea mejor que el anterior, y eso nos motiva mucho a seguir trabajando con entusiasmo
— Nancy Hinricksen

En 2019, varios estuvieron más de diez horas preparando el gimnasio. El 2024, muchos se quedaron hasta la madrugada. “Fue mucho cansancio y desgaste, pero para las chicas fue algo inolvidable”, explicó Durán. En medio de esta lógica formativa, Jorge Barriga, entrenador y parte fundamental del proceso de enseñanza en las series menores explica:

En la categoría Under 11 tenemos la tarea de encantar a las jugadoras para que lleguen a Under 13 y se vuelva competitivo
— Jorge Barriga

El Teja 1 no solo acoge eventos, sino que siembra las primeras motivaciones para que que las niñas permanezcan, crezcan y compitan representando a la UACh.

Con shows musicales, presentaciones al aire libre y sobre todo un ambiente de pertenencia que trasciende el deporte han sido fundamentales para valorar de buena manera el gimnasio en los últimos años. “Nosotros ponemos la vara alta. El primer ´masivo´ tuvo un show musical de Carabineros que hizo bailar a todos; el segundo luces, robots y batucadas. Siempre queremos sorprender”, mencionó Durán.

El evento marcó un precedente a nivel nacional. El expresidente de la Federación de Básquetbol de Chile, Irán Arcos, asistió a una de las jornadas y destacó la organización del “masivo”. Pese al reconocimiento, el apoyo externo al básquetbol sigue siendo escaso. “Lamentablemente pasa desapercibido ya que para Valdivia el básquetbol es marcadamente masculino, no hay aportes empresariales importantes, la municipalidad tiene un compromiso mínimo”, lamentó Durán.

Con la realización del “masivo” en el gimnasio Teja 1, la Escuela de Básquetbol Femenina de la UACh refuerza vínculos y transmite valores que sostienen su proyecto formativo. No se trata de un esfuerzo aislado, más bien de un proceso construido con trabajo y comunidad. La convivencia entre las niñas de las categorías menores y las universitarias del plantel adulto, configura una línea que conecta el desarrollo del pasado y el presente: un mismo camino donde la iniciación y la alta competencia se nutren y avanzan hacia un objetivo en común.

 

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